Parte I
Con esta guía conocerás los aspectos más básicos de la vida en la
capital, desde cuál es el mejor lugar para alojamiento hasta
por qué deberías extender tu dedo meñique hacia arriba cuando bebas un té.
Usar los códigos de
conducta adecuados es muy importante, sobre todo si vas a trabajar en Londres.
La ciudad tiene un montón de locales hedonistas y vanguardistas eventos de
arte, pero cosas como no tener el cambio preparado para recargar tu tarjeta
Oyster, te pueden ocasionar recibir más de una mirada gélida.
Las Zonas de Londres
Hay una brecha entre el
norte y el sur de la ciudad. La división es tan grande entre la clase
trabajadora del norte y los considerados pretenciosos del sur que estos últimos
consideran a los norteños como tontos y la falta de metro en el sur lo
convierte, para muchos, en un lugar tan impenetrable como el Amazonas.
Los londinenses de entre 18
y 35 años que trabajan en medios de comunicación viven casi exclusivamente en
el este. De hecho, es tal su devoción por el East End que cada vez ocupan más
barrios, extendiéndose por Whitechapel, Dalston, Stoje Newington y Clapton. Si
éste es el sector que te interesa para trabajar, considera mudarte a estas zonas.
Espacio Personal
A los británicos no les
gusta que les toquen en público y dan mucha importancia al espacio
personal. Los londinenses se pasan alrededor de un 40% de su tiempo
preocupándose de si alguien invade su zona personal, aunque hay una solución a
este problema: la cerveza. Unas cuantas pintas después del trabajo y se relajarán lo suficiente como para que deje de importarles
esta cuestión.
Es muy normal que una chica
acuda sola a un bar o un restaurante. Tal vez reciba algunas miradas de los más
jóvenes o algunos intentos de conversación, pero es una práctica muy extendida.
Otras cosas que debes tener
en cuenta en tus comienzos para trabajar-en-Londres son no hacer fotos
en calles atestadas de gente, no parar a una persona para que te haga una foto
y, sobre todo, no hagas fotos en conciertos, sesiones de DJs o platos de comida
en un restaurante. Tus amigos aún te creerán, aunque no dejes una prueba gráfica
en las redes sociales.
Modales en la Mesa
¿Alguna vez te has
preguntado por qué es una costumbre mantener el dedo meñique levantado al beber
el té? La razón es que, antiguamente, las tazas para beber té no tenían asas y
el mejor modo de no derramar el té era cogerlas con los dedos pulgar e índice,
extendiendo el meñique para hacer equilibrio. Así que si alguna vez se te ha
derramado un té hirviendo es porque no tenías tu meñique estirado.
Parte II
Ahora que ya sabes cómo
relacionarte socialmente en la capital inglesa, es importante que conozcas el
protocolo que impera a la hora de trabajar en Londres y para moverte por la
ciudad con soltura.
En el trabajo
En el ambiente de oficina,
el humor se sitúa muy lejos. Comentarios ligeramente auto-críticos con un toque
de sarcasmo funcionan mejor. Evita hacer chistes sobre cuestiones fisiológicas
y bromas a costa de alguien o te colocaras en una posición delicada.
Eventos como el cricket o
la regata Henley están altamente considerados, así que si un compañero de tu trabajo en Londres te invita a acudir,
tienes que aceptar. Para causar una buena impresión, debes vestir
adecuadamente: una americana, camisa y corbata para los hombres y vestidos
elegantes para las mujeres. Después del evento, la costumbre es que los hombres
acudan al pub más cercano a emborracharse. La diversión es la norma, los
comentarios sexistas opcionales.
En la calle
En Inglaterra, los coches
conducen por la izquierda, al contrario que en la mayoría de países. En
Londres, además, la velocidad máxima permitida en los barrios interiores
durante el día es de 2 millas por hora. No intentes sobrepasar ese límite
porque solo podrás ir rápido hasta que te encuentres con los semáforos.
Si tardas más de 45
segundos en comprar un billete de metro o recargar tu tarjeta en las máquinas
expendedoras de las estaciones, recibirás unas cuantas miradas gélidas de
quienes están esperando en la cola. Cuando se trata de moverse por la ciudad,
la velocidad es la clave, así que cuanto más rápido pases tu tarjeta,
atravieses las barreras y te muevas hacia el tren, mejor. Recuerda también
situarte sobre el lado derecho de las escaleras mecánicas, para dejar el lado
izquierdo libre a las personas que tienen más prisa.
Los británicos tienen fama
de hacer cola religiosamente, pero si necesitas coger el metro para ir a trabajar, comprobarás que los andenes de las paradas son la
excepción a esta regla. En las horas punta (entre 7:30 y 9:30h por las mañanas
y de 16:30 a 19h), es una lucha. Cuando la sirena alerta de la llegada del
metro, los pasajeros se sitúan lo más cerca posible de la línea amarilla de
límite y esperan nerviosamente a que se abran las puertas, bloqueando a
cualquier persona que vaya a salir del tren. Si te sitúas en primera línea, ese
privilegio desaparecerá en cuanto se abran las puertas y todo el mundo empiece
a empujar como si fuera el último metro que pueden coger. Ten en cuenta que las
usuales normas de educación de decir “excuse me” o “pardon”, no funcionan aquí.